Sac Noir

Y tras tanto cálculo numérico, algo para relajar un poco la cabeza: habilidad manual. Y también porque había poco tiempo disponible (aunque luego se alargó la cosa bastante más rato de lo previsto).

Pero esta vez, aunque había mucha gente que no conocía el juego, empezamos directamente con alguno de los juegos más «avanzados».

Y no recuerdo los nombres de los juegos, pero el primero consiste en subastar piezas (usando las judías como monedas) para quedarse con las «buenas» y rechazar las «malas». La torre que sobreviva es la ganadora.

Se pecó de bondad, ya que hasta bien entrado el juego no comenzamos a usar a fondo las subastas «de rechazo».

Por cierto, que cuando quedan dos jugadores, y ya sin judías, el que haya tenido la suerte de elegir pieza se dedica a suministrarle al otro una tras otra hasta que pierda, lo cual me pareció algo «anticlimax».

El segundo juego fue aquel en el que en una primera fase se escogen piezas y en una segunda se van montando unas sobre otras, cada jugador con su torre, para conseguir la más alta, pudiendo cogerla de la fila de los demás.

También muy divertido y emocionante.

Lo bueno y lo malo de este juego es que sus reglas son un tanto ambigüas y dejan cierto margen de interpretación, que hay que fijar claramente. Por ejemplo, no permito que se toquen las piezas ya puestas, pero usando la pieza que toca colocar en ese momento, sí que es lícito «empujar» ligeramente las otras para situar la nueva.